Archivo

Archive for febrero 2015

Impotencia

Página Siete, 14/2/15

Si es verdad, como se dice, que el hombre es voluntad y que para él “querer es poder”, no hay nada más frustrante que la impotencia, el no poder realizar lo que uno quiere y cree que es justo hacer. La impotencia es una palabra de origen latín que se diferencia de la imposibilidad: esta última es más objetiva (como la imposibilidad de residir simultáneamente en dos ciudades), la primera es más subjetiva (como el tener que acatar resoluciones desatinadas del TSE) y suele conducir a la frustración. Leer más…

Plantita cocanuclear

Pagina Siete, Alasita 2015

De la lunita su satélite

A su regreso de las Europas, la Illa del Ekeko trajo para Evito y Alvarito una plantita nuclear comprada en una venta de garaje, que allá hay muchas en desuso.

Alvarito la había pedido con inspirados rueguitos: «Illa, si ellos allí la hallan, ¿aquí con qué queque me quedo?”. E imploraba a gritos: “¿Hasta cuándo nos van a chantajear?». De modo que, al ver la plantita, saltó de gozo, bailó y cantó: «Ahora que tenemos, ahora que tenemos, bien le cascaremos», sin especificar a quién.

Sin embargo, el Evito lo reprendió: “¡Calláte hablador, qué para uso pacífico es la plantita! Investiga más bien qué combustible usaremos. ¿O qué clase de ‘doctor bombaris causa’ eres?”.

Pronto llegó la solución del Conalcol: utilizar la coca excedentaria para alimentar el reactorcito. Con la venia de NNUU y UNASUR, la rebautizada Agencita Cocanuclear Plurinominal adquirió (sin licitación) toda la coca producida, generando una abstinencia mundial.

Sin que nadie le preguntara, el nunca bien vilipendiado ministrito de … ¡salud! reveló la puesta en marcha de la primera plantita cocanuclear del mundo, ubicada en la flamante ciudadela de Chernobilito, enfatizando que hacía esa revelación para salvar vidas de las drogas, del cáncer y de la muerte de risas y que pronto se exportaría la cocaelectricidad más energética del planeta.

Añadió que las plantitas cocanucleares eran, además,  la respuesta ancestral al cambio climático, porque emiten gases estimulantes, pero no de efecto invernadero, y que para enfriar el reactor se traería agua en polvo. Sin embargo el ministrito no supo especificar el solvente del agua en polvo ni explicar el destino de los desechos cocaradiactivos; si se iban a enterrar o a macerar; si serían entregados a los movimientos sociales para su reciclaje o se emplearían para intimidar a periodistas, jueces y tribunos que no hicieran buena letra.

Al escuchar tamaños disparates, la Illa del Ekeko, despavorida, recogió la plantita nuclear y desapareció sin dejar rastro radiactivo.

 

Panchito, el temible, Zárate.

 

Categorías: humor, ironia