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Archive for agosto 2020

Poesía y prosa del etanol

Al mejor estilo del ministro “oceanógrafo” del MAS, hemos asistido días atrás a una recitación poética de las bondades de adicionar etanol a la gasolina que consumimos en Bolivia. La ocasión la proporcionó la entrega de la resolución RM 60/2020 del Ministerio de Hidrocarburos a los industriales azucareros, como parte del plan de reactivación del aparato productivo golpeado por las pandemias, la Covid19 y los bloqueos.

Esa poesía, que canta las consabidas virtudes técnicas, financieras y económicas del combustible etanol (faltó mencionar las espirituales), se estrella contra la árida prosa de la resolución de marras, la cual, más allá de los consuetos considerandos, tiene seis artículos (y disposiciones anexas) que con mucho esfuerzo pueden relacionarse con los vuelos pindáricos del ministro vate.

Por ejemplo, no hay rastro de los 120 millones de litros de etanol que YPFB se obligaría a comprar, adicionales a los que aceptó el MAS cuando tuvo que tragarse sus sapos pachamámicos, como aquel que “los alimentos son para los seres vivos y no para las máquinas”.

¿Qué determina, pues, la RM 60/2020? Reglamenta las especificaciones técnicas de la gasolina base a la cual se le mezcla el etanol para alcanzar un octanaje de por lo menos 87 (RON 87). Traducido en facilito: se abre la puerta para que el aditivo etanol sea obligatorio en todo el territorio nacional y su porcentaje en un litro de gasolina suba al 12%, 50% más del que rige actualmente para la Gasolina Especial Plus (+), incrementando el riesgo para el motor.

La resolución de marras tiene fallas de forma, como la modificación de un párrafo inexistente del artículo 3 de una resolución anterior (la 045-19); pero, sobre todo, tiene serios cuestionamientos políticos y económicos.

En lo político, en la panza del caballo de las especificaciones técnicas se esconde una decisión de política energética que no le atañe a un gobierno transitorio, en puerta de elecciones generales inamovibles. Se critica, con toda razón, las leyes insanas que está produciendo como marraquetas la Asamblea Legislativa Plurinacional, gracias a una mayoría masista de dos tercios que no refleja en absoluto al país actual. Sin embargo, el Gobierno actúa, a su vez, como si estuviera empezando una gestión de cinco años. De hecho, el tema del combustible etanol está respaldado por leyes, decretos y resoluciones que han producido un fracaso tras otro y que ameritan una profunda evaluación antes de reincidir en aventuras que solo perjudican al maltrecho YPFB.

Desde lo económico, el cuestionamiento mayor es: ¿Es este el mejor momento para implementar esa norma, cuando las ventas de alcohol han subido a las estrellas, a causa de la pandemia?

Opino que la RM 060/2020 llega en el peor momento para ser emitida. En efecto, el consumo de gasolina ha caído a niveles mínimos, inferiores a la producción nacional, lo que descarta la necesidad de importar gasolina, con excepción de los aditivos necesarios para aumentar el octanaje de la gasolina base. Por tanto, el gasto en divisas es mínimo y sin compromisos, considerando también que el precio internacional del barril de petróleo sigue estancado en torno a los 40 $, lo mismo que pagan las refinerías por el condensado nacional. Consecuentemente el tan cacareado ahorro resulta también insignificante. Al contrario, si el costo del etanol para YPFB se mantiene en 0.52 Bs/l, como parece, estaríamos hablando de un subsidio millonario – destinado a crecer- que YPFB transfiere a los ingenios azucareros.

En fin, las dos graves limitaciones actuales de YPFB (insuficiente capacidad de almacenamiento y falta de músculos financieros) muestran cuán irracional y apurada es la resolución de marras.

Publicado en Página Siete, 22/08/2020

Pecados originales

Recien subo a mi blog mi más reciente columna

Soy un convencido de que la Biblia no sirve únicamente para ser expuesta en el Hall del Palacio de Gobierno o en un estante de libros, sino que debe guiar el discernimiento y el accionar del hombre de fe en toda circunstancia. Bajo ese principio, me parece oportuno reflexionar sobre los “pecados originales” de los últimos dos gobiernos; el del MAS, salido de las urnas, y el actual, fruto del azar de la Historia.

El gobierno del MAS nació legítimamente y fue instalado en el Jardín del poder por un respaldo popular inédito y con las condiciones de gozar de las maravillas recibidas. Sin embargo, incitado por la serpiente castro-chavista, empezó a codiciar el árbol del bien y del mal (el árbol prohibido del autoritarismo prorroguista), convencido de que, al comer de su fruto, tendría asegurado un poder único y perene.

Sin embargo, no fue así; comieron del árbol y, como consecuencia de este pecado original, llevaron la maldad a manifestarse en tres dimensiones. Pecaron contra Dios, fomentando el culto de un ídolo de barro, erigiéndole museos, carros y palacios y rindiéndole pleitesía con falsos títulos. Pecaron contra los hermanos, asesinando, provocando muertes, persiguiendo injustamente y robando desde millones hasta champús. Asimismo, olvidaron mejorar la salud y la educación de sus hermanos. Y, finalmente, pecaron contra la Creación, despilfarrando los recursos del Jardín, desboscando a mansalva, permitiendo incendios forestales y fomentando, sin ninguna racionalidad, los agrocombustibles y las semillas genéticamente modificadas. Expulsados del Jardín, sueñan hoy con volver a ocuparlo mediante la violencia.

Por su parte, el nuevo administrador del Jardín, el gobierno accidental y accidentado, tuvo que encarar la crisis heredada, agravada por una pandemia de dimensión mundial. Sin embargo, al buscar la redención incurrió también en su propio pecado original cuando, por no saber o no poder resistir la tentación del águila imperial, comió del árbol de la candidatura y sembró la semilla del árbol del continuismo. A continuación, el nuevo gobierno empezó a añorar e imitar las peores mañas del faraón derrotado, en medio de una mezcla caótica de errores y buenos deseos. Su pecado original también se manifestó en la triple consecuencia de pecar contra Dios (manipulando la fe); pecar contra el pueblo (especulando con la salud y la educación) y pecar contra la Creación (dejando arder los bosques).

Ahora bien, del pecado original -aquel que está al origen de todos los pecados- no se vuelve atrás; tampoco se lo cancela, solo se lo redime, mediante un camino largo y sincero de conversión.

La redención significa para el MAS dejar atrás el desvarío del evismo y la radicalidad de su “nomenklatura” para retomar con humildad el camino de las propuestas genuinas en pro del desarrollo nacional, dando voz a los últimos, en lugar de inculcarles consignas destructoras.

Para el actual gobierno redimirse implica tomar conciencia de sus limitaciones electorales y ejecutivas, abonando la tierra para el gobierno que le suceda y poniendo al servicio del país sus mejores cuadros y sus propuestas más creativas.

La profundidad de la crisis actual es tal que nadie puede salir de ese pozo solo, sin una escalera de fuerzas cooperativas. Es una misión ardua, pero no imposible; en otras coyunturas trágicas Bolivia, cuyo aniversario celebramos en estos días, supo levantarse.

Hoy Bolivia, enfrentada por el insano electoralismo y herida por la crueldad de los que bloquean la salud y la vida en medio de una pandemia que arrasa con vidas y economías, nos invita a recordar las veces que renacimos de las cenizas como un aliciente para confiar en que el jardín volverá a florecer.