Parque automotor en BOLIVIA

Breve opinion para El Deber,  (parcialmente publicada en la edicion del 29/12/13)

Los cuadros adjuntos (http://www.eldeber.com.bo/2013/2013-12-29/images/INFO__ad_.jpg ) si bien cuantifican las percepciones que todos tenemos acerca del parque automotor, revelan también algunas sorpresas.

El concepto clave para interpretar el cuadro es la “tasa de matriculación” (TdM) que es el número de vehículos matriculados por mil habitantes.

La TdM, que  en el 2009 era de 46, a noviembre  de 2013 supera 130: eso significa que el parque automotor se ha triplicado en cuatro años.  De hecho, Bolivia tiene hoy una TdM igual a la que tenía Brasil en 2009. Si además nos fijamos en las nuevas matriculaciones, entre 2012 y 2013 la TdM de vehículos nuevos  es 1.2, exactamente el doble de la del 2009.

Obviamente la situación no es homogénea. El lector podrá calcular la TdM de cada departamento. Se destaca Pando, donde el crecimiento ha sido espectacular (360), a diferencia de los departamentos más poblados donde la TdM es estable, entre 80 y 100.

¿Qué implican esos datos fríos?

Me limitaré a tres aspectos. Primeramente se refleja la capacidad de compra de los bolivianos. Posiblemente gran parte de esos nuevos vehículos se compran gracias a créditos bancarios, pero luego se pagan: la riqueza y la ostentación han llegado a más bolivianos.

Luego, como  Bolivia no produce automotores, las nuevas matriculaciones muestran un derroche de divisas que se amplifica con repuestos y accesorios.  Es la riqueza generada por el gas exportado, que está siendo dilapidada por nuestra generación

Finalmente, está la otra cara de la moneda: el impacto ambiental de tener más y más vehículos circulando en las ciudades y el impacto financiero por la quema de combustibles, que o bien importamos, como el diésel, o vendemos a precio subsidiado (gasolina y GNV).

El comienzo de un camino

Opinión publicada parcialmente en Página siete, el 21/12/13

La puesta en órbita del satélite Túpac Katari (TK) de telecomunicaciones es una apuesta tecnológica y comercial.

Si bien no había urgencia de emprender ese proyecto (hay abundantes satélites comerciales para prestar servicios de telecomunicación), con su operación se busca independencia y abaratamiento de costos de las telecomunicaciones.

Por tanto se trata de un emprendimiento comercial, pero con una visión social.

En efecto,  la justificación de la millonaria inversión reside, según el Gobierno, en el servicio que el TK prestarás al área rural. Se trata de un camino largo, costoso e incierto, pero necesario si se quiere integrar el país no sólo con telefonía, sino con televisión y, particularmente, televisión educativa. Es un proceso lento, donde hay tiempos tecnológicos (antenas receptoras y transmisoras de señal en cada pueblo), tiempos económicos (costos por llegar al campo) y tiempos educativos (desarrollo de contenidos propios). Por otro lado, no ha quedado claro si ese servicio beneficiará a la población urbana.

Para que otras empresas nacionales e internacionales de comunicaciones, a parte de Entel,  y compañías privadas usen los servicios del TK habrá que ser competitivos en calidad y precios.

Un beneficio adicional del proyecto es la formación de técnicos bolivianos, a quienes habrá que cuidar y seguir capacitando con miras a otros emprendimientos futuros.

Finalmente, habrá que explicar por qué se han construido ambas estaciones terrenas sobre fallas geológicas conocidas.

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El código de la Policía

Página Siete, 20/12/2013

¡Que el lector no se confunda! No me voy a referir al Código del Tránsito, la norma impunemente más violada en Bolivia, ni al “código del silencio” de la Academia Policial que se aplica ante los fatales vejámenes a cadetes y “cadetas” (como diría don Nicolás Maduro), sino a algo más simple.

Algunos de mis lectores han sufrido o sufrirán las exasperantes filas para obtener la roseta de la inspección de sus autos. Sé de personas que se han presentado a las 6 de la mañana para salir con su roseta cuatro horas más tarde. Se trata de un abuso intolerable: horas de espera dentro del auto, mientras la fila avanza a un ritmo que nos recuerda que tortuga y tortura tienen algo más que asonancia.

Democracia y Despotismo

Página Siete, 7/12/13

La democracia es como la vida, tenerla es mejor que no tenerla, aunque no todas las vidas son dignas y plenas. Como la vida, la democracia puede ser una pesadilla, cuando se desarrolla en condiciones mínimas en medio de la incertidumbre del mañana. “Vivir bien” tiene su correlato en gozar de una “buena” democracia. No es problema sólo de votos o de mayorías aplastantes. Una victoria, en la guerra o en las contiendas electorales, por muy abrumadora que sea, no es motivo para cercenar los derechos básicos, ni el éxito económico puede ser una coartada para degradar la calidad de la democracia.