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Archive for diciembre 2018

Psicosis hidrocarburífera

Página Siete, suplemento IDEAS, 16/12/2018

Buscando una explicación de la peculiar conducta del ministro de Hidrocarburos, encontré en el portal Psicólogos de Madrid la siguiente definición de la psicosis: “La distorsión de la realidad es uno de los mecanismos de defensa en el que la persona presenta una visión desajustada de sí misma y/o los acontecimientos. La Psicología del Yo clasificó este mecanismo dentro de los problemas narcisistas, debido a la dificultad de estos sujetos para representarse actos propios que fisuren su auto-imagen. No se debe confundir la distorsión de la realidad con las tentativas conscientes de producir engaño”.

Las relaciones energéticas con Argentina, el segundo mejor cliente de nuestro gas, son una mesa de prueba de esa definición. Para no ser tildado de opositor resentido o de querer mezclar la ideología con los intereses nacionales (cosa que el gobierno hace constantemente y el ministro secunda), me limitaré a dos hechos concretos.

El primero: en abril de 2016, cuatro meses después de la asunción al mando de Mauricio Macri, el ministro de energía de Argentina, Juan José Aranguren, solicita a Bolivia que se incremente el suministro de gas durante el invierno, ofreciendo incluso una mejora del precio del gas extra. Nuestro ministro de hidrocarburos se niega, debido a que la producción no alcanza para cumplir con Brasil y el mercado interno. Por esa razón Argentina tuvo que comprar LNG regasificado de Chile al precio de 10 $/Mpc, casi el doble de lo que ENARSA pagaba a Bolivia en ese momento. Esa era la realidad y hasta aquí no había nada raro. Lo raro sucedió en el momento en que el ministro Sánchez declaró que Bolivia podía suministrar más gas a la Argentina si ENARSA lo solicitaba. Con base en esta declaración el senador argentino Pino Solana presentó una denuncia penal contra el ministro Aranguren, el cual, por más caballero que fuera, puesto contra las cuerdas tuvo que mostrar el correo de su homólogo en el cual negaba por escrito lo que luego había afirmado a la prensa. Aranguren se salvó de la denuncia, pero Sánchez no se salvó de la desconfianza que desde entonces le tiene Argentina ante cualquier declaración, hecha generalmente sin sustento en la realidad. Tampoco se conoce un pedido de excusas de nuestra autoridad por el papelón que hizo.

El segundo: cuando asumió la presidencia Mauricio Macri, la deuda de ENARSA con YPFB era de 260 M$. No se conocen declaraciones ni amenazas públicas de parte del ministro Sánchez para cobrar esa deuda al gobierno de Cristina Kirchner. Mezclando la ideología con el interés nacional, sí se reclamó con vehemencia el pago atrasado a la nueva administración, la cual la honró en un plazo de tres meses.

Ahora, por motivos que son públicos, Argentina ha vuelto a entrar en mora. Hace unos días, por declaraciones del Presidente del Banco Central, hemos conocido que IAESA (el nuevo nombre de ENARSA) habría honrado la deuda. En realidad lo que ha sucedido es que en octubre YPFB ha ejecutado la boleta de garantía del contrato de venta de gas, que asciende a 150 M$. Un gesto inamistoso, desesperado y lleno de implicaciones, que no se puede justificar ni por el acelerado descenso de las reservas internacionales que sufre el país.

Es evidente que hay un problema de fondo: Argentina ya no necesita el gas boliviano como hace 15 años. Es casi autosuficiente y está destinado a volverse un importante exportador de LNG en pocos años. Por tanto pide renegociar el contrato y adecuarlo a las nuevas condiciones, asumiendo que seguirá comprando gas boliviano en el futuro. La renegociación implicaría precios y volúmenes. De hecho Argentina ha cancelado el proyecto del GNE, gasoducto al noreste, por los costos, la corrupción y la inutilidad práctica que tendría en el futuro. No solo, sino que está presentando otras quejas en torno al cumplimiento del mismo contrato y sobre la calidad del gas enviado.

La posición principista y legalista de YPFB es que los contratos se respetan. Cuesta escuchar esto de un Gobierno que no se ha destacado precisamente por cumplir este contrato o por respetar contratos durante el proceso de “nacionalización”.

Lo ideal sería evitar dirimir la controversia ante un tribunal internacional (ya sabemos cómo nos va en esas instancias) y buscar un acuerdo de beneficio mutuo, que nos permita asegurar un mercado (el único después de Brasil) con precios y volúmenes razonables para varios años más.

Los “anuncios” del ministro Sánchez (al igual que muchos otros) de estar negociando con varias empresas privadas argentinas la compra-venta de gas son producto de la distorsión de la realidad que caracteriza a esa autoridad; una distorsión reforzada por la absoluta falta de transparencia de su gestión y la ausencia de crítica al interior del partido gobernante, en los hechos co-responsable de la ruinosa gestión del sector.

Al contrario de la Argentina, el futuro gasífero de Bolivia es gris. Sin éxitos exploratorios, sin reservas ciertas y con campos en vía de agotamiento, la producción de gas se ha vuelto insuficiente, la de líquidos deficitaria, al tiempo que el contrato de Brasil se vence sin tener alternativas concretas (no hablo de los anuncios angelicales que escuchamos cada día) y se reducen drásticamente los ingresos de divisas del país,

Aunque el Presidente Morales repita que Bolivia ya no depende del gas, la triste realidad es otra.  Bolivia necesita de Argentina mucho más de cuanto Argentina necesita del gas boliviano y esa simple verdad debería estar presente en la mente de nuestros negociadores si no quieren dejar a la próxima administración un país devastado económica y energéticamente.

La democracia inédita de los Garcías

Página Siete, 15/12/2018

17 de julio de 1980: el General Luis García M. desconoce una elección democrática y toma el poder mediante un cruento golpe de Estado cuyo objetivo era perpetuarse en el gobierno durante 50 años.

La manera de conseguirlo era la clásica: clausura del Congreso, intervención de las instituciones, cierre de radios “subversivas”, mordaza a la prensa, carta blanca a los órganos de represión del Estado (los “paramilitares”) y compra de dirigentes sociales, policías y comandantes militares para asegurar lealtad. En medio de montajes y “fake news”, para el ciudadano común la recomendación era “andar con el testamento bajo el brazo”; para los opositores más recalcitrantes la disyuntiva era la cárcel o el exilio y, en casos extremos, la morgue.

A este proceso el “antiimperialista” García lo denominó “democracia inédita”.

En los hechos, esa dictadura no duró ni dos años, aislada internacionalmente  (con excepción de sus camaradas argentinos) y corroída por la corrupción y la crisis económica galopante, pero las consecuencias de esa aventura se sintieron los años siguientes hasta desembocar en la hiperinflación y el programa de ajuste estructural del año 1986.

Casualmente, en una reciente entrevista a un medio impreso, otro antiimperialista García ha defendido su original “democracia inédita” que le permitiría retener el poder los próximos 500 años.

¿Cómo lograrlo? Cuales conversos sin fe, el nuevo comandante García y sus acólitos se ponen máscaras para aceptar tácticamente la vigencia de las odiadas instituciones democráticas y los valores universales. De ese modo pueden alcanzar su objetivo manteniendo una democracia formal, sin paramilitares  ni torturas físicas. De hecho, la represión logra infundir el miedo en los adversarios y la democracia inédita pretende, en el fondo, que la población la acepte también por miedo.

La “democracia del Siglo XXI” que vivimos hoy en Bolivia consiste en mantener las instituciones bajo el control de la “ineptocracia” servil al poder: ahí tenemos una Asamblea Levantamano Plurinacional para aprobar las contadas normas que el Poder Ejecutivo no puede sancionar mediante decreto; ahí están los Tribunales de Justicia, cuyos miembros ejercen sin el respaldo del voto popular; asimismo, se tiene un sinnúmero de autoridades puestas interinamente para que no tengan poder autónomo.

La nueva democracia inédita consiste también en utilizar a “parafiscales” y jueces para perseguir a opositores y críticos; en asfixiar a la sobreviviente prensa libre con impuestos, controles abusivos y negación de la generosa publicidad estatal; en adormecer con el opio de la prebenda a dirigentes sociales, policías y militares; en vender infraestructura escolar como si fuera educación liberadora.

En síntesis, la nueva democracia inédita consiste en meterle primero y arreglarlo después (en eso, ni la Segunda Ley de la Termodinámica se salva), gracias al control generalizado de las instituciones del Estado. Así fueron cayendo, una tras otra, las diferentes máscaras del régimen: la indigenista, la ecologista; la de la austeridad, de la palabra empeñada, del sometimiento a la Constitución; la de la fábula del “ama sua, ama llulla, ama quella”.

Las similitudes entre ambas democracias inéditas se han acentuado a raíz del Referendo del 21F que ha abatido la última máscara – la del respeto al voto popular – revelando los groseros sofismas que han destrozado la institucionalidad y están arriesgando la paz del país.

¿Qué hacer ante tantas bravuconadas del totalitarismo?  Se me ocurre, entre otras legítimas, la receta del Adviento: vigilancia, espera y esperanza, a contramano de la resignación a la cual nos quieren empujar los actuales impostores.

Categorías: política y economía

Binomios

Página Siete, 1/12/18

Me había propuesto escribir sobre hidrocarburos, en particular sobre la inclinación del ministro del ramo a distorsionar sistemáticamente la realidad, pero, como al poeta César Vallejos, “solo me sale espuma”. Por eso, me subí a la palabra de la semana, el“binomio”, para darme un paseo  sobre significados e implicaciones de ese sustantivo.

Binomio es una palabra de origen griego, compuesta por “bi” (un par, dos) y “nomos”, que significa término,parte, norma, nombre. Por tanto un binomio es un conjunto de dos elementos. Bicicleta,bípedo, bizcocho (galleta cocida dos veces), binocular y bisagra son sencillos ejemplos del uso del prefijo bi-, mientras que, de modo más rebuscado, “bidente”- un apodo que hace años se ganó un dirigente sindical- es un vidente que tiene solo dos dientes. Más de dos términos hacen  un polinomio, donde “poli” significa  muchos, como en la poligamia, esa extraña patología que suele hacer trizas el binomio matrimonial.

Sospecho que el ÓrganoElectoral Plurinacional (OEP) ha preferido el término “binomio” (entendido como conjunto de dos candidatos) a sus sinónimos (dúo, pareja, dueto, dupla, yunta) con la mirada puesta en el significado algebraico de esa palabra. Sin embargo, el OEP debería haber hablado de binomios y binomias, por una elemental igualdad de género. Ese imperdonable descuido ameritaría la anulación de las elecciones primarias más que por su costo insulso o por el pandemonio de las falsas militancias.

Volviendo a las raíces matemáticas, los dos elementos de un binomio suelen ser números o letras; reales o imaginarios; concretos o abstractos, susceptibles de suma o resta. Entre los binomios de letras se ha hecho famoso el binomio C y M, en el cual no se busca el resultado, sino el origen de esas letras. Una comisión especuladora de alto vuelo se ha roto el coco para explicar qué es C y qué es M; en realidad para hacer coincidir C y M con lo que querían que fuera, cuando cualquier estudiante podía haberles indicado que CM es centímetro. Casualmente una insidiosa serpiente yoperojobobo mide unos 70 cm.

Siguiendo con la similitud algebraica, los binomios no triviales deben ser diferentes: dos mesas no hacen un binomio, pero “mesa y piedra-za” sí lo hacen. Un binomio puede contener valores mixtos (cerveceros y espirituales),  materiales (gallo y barriga), coloridos (rosado y katarista). Sin embargo, me rehúso a considerar a los binomios espurios a los que Bolivia dijo NO. Se trata de binomios que  no tienen soluciones y solo traen problemas. Si lograran forzar su participación, nunca deberían ser legitimados, ni antes, ni durante, ni después.

Un importante resultado matemático que hay tomar en cuenta en el momento de potenciar a un binomio es: un binomio al cuadrado no es lo mismo que un binomio de cuadrados.

¿Cómo construir un Binomiode candidatos? Una teoría dice que los dos debe ser diferentes, número y letra, (3+b), porque sus funciones lo son (ejecutiva y legislativa). Otra corriente afirma que los dos deben ser complementarios, vocal y consonante, (a+b), debido a que la Constitución Política mezcla las funciones respectivas y ahora el Vice es un ministro y el Presidente dirige con control remoto la Asamblea.

Sin embargo, si se construye un binomio solo en función de un hipotético rédito electoral (occidente-oriente; eje-periferia; varón-mujer; indígena-mestizo) se pierde devista lo esencial: el Binomio no se construye solo para ganar una elección sino para gobernar; para lo cual se requiere coordinación, lealtad, complementariedad de destrezas y comunión de principios y objetivos.

Acabamos de conocer varios Binomios. Corresponde a los electores discernir cuáles son problema y cuáles solución.