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Archive for diciembre 2021

La Navidad y los escritos apócrifos

diciembre 24, 2021 1 comentario

Mi regalito de Navidad para mis fieles lectores, en el día de la Navidad.

Es sabido que, a pesar de su popularidad en la cultura moderna, “la más bella fiesta del año” fue introducida tardíamente en la liturgia de la Iglesia. Menos conocido es el hecho de que varias creencias en torno al nacimiento de Jesús tienen su origen no en los evangelios, sino en otros escritos llamados “apócrifos”.

Apócrifo etimológicamente significa “oculto”, pero en el contexto religioso se refiere a un escrito no incluido en el canon de los libros de la Biblia. Este hecho no significa necesariamente que un libro apócrifo sea falso o contradictorio con la doctrina de la Iglesia. Al contrario, en su mayoría se trata de repeticiones y ampliaciones, a veces fantasiosas, de los escritos canónicos, sin excluir la existencia de material original, fruto a veces de tradiciones orales que no tuvieron cabida en la Biblia.

Los libros apócrifos aparecieron tarde con respecto a los canónicos; sufrieron modificaciones a lo largo del tiempo y suelen responder a temáticas propias de su época con fines apologéticos. Por ejemplo, hacia fines del siglo II se dio exagerada importancia en las iglesias orientales al tema de la virginidad de la madre de Jesús antes, “durante” y posteriormente al alumbramiento de su hijo, quizás para contrarrestar rumores que ponían en duda el “honor” de María. Pero, contradictoriamente al “durante”, en esos mismos ambientes se introdujo la fiesta de la “Purificación de María”, relacionada con la purificación postparto, y remplazada en el evangelio de Lucas por la presentación de Jesús en el Templo.

Lo interesante es que, gracias a la gran popularidad que tuvieron algunos apócrifos en la edad media (incluso con traducciones multilingües), se introdujeron en la piedad cristiana, de oriente y de occidente, algunas creencias que persisten hasta el día de hoy, además de inspirar a muchos artistas. Por ejemplo, se cree que los padres de María se llamaban Joaquín y Ana, sin que haya mención de ellos en la Biblia, aunque no se puede descartar la existencia de tradiciones orales. Lo propio podría decirse sobre la presunta estadía de la niña María en el Templo y sus desposorios con José.

Otro hecho que los apócrifos nos ayudan a discernir es la cuna de Jesús: aunque Lucas habla de un “pesebre” -el recipiente de donde comen los animales, pero sin mencionar la presencia del buey y el asno- los apócrifos hablan de una “gruta”, una formación común en los alrededores de Belén, capaz de dar mayor privacidad que una posada al alumbramiento de un niño.

Algunos de los hechos narrados buscan satisfacer la curiosidad (incluso morbosidad) de las nuevas generaciones de cristianos por conocer pasajes desconocidos de la infancia de Jesús. Un ejemplo es el estado civil de José antes de casarse con María. El apócrifo Protoevangelio de Santiago, además de describir una serie de hechos milagrosos que acompañaron el nacimiento de Jesús, nos presenta la versión de que José era viudo con hijos de su anterior matrimonio (los “hermanos de Jesús” de los evangelios) y que era muy mayor que María, como refleja gran parte del arte pictórico occidental. Pero “hermanos” en el medio oriente son también los familiares de diferente grado, algo presente incluso en nuestras culturas originarias.

Finalmente, “unos magos que venían del Oriente”, según el evangelio de Mateo, se transforman en entre dos y quince visitantes, según los diferentes apócrifos que, además, precisan nombres, procedencia, edades, etnias y su interacción con Herodes.

En resumen, hay que tomar los escritos apócrifos por lo que son: narraciones piadosas, a veces fantasiosas, a veces arraigadas en tradiciones orales, pero que no aportan ni quitan nada a la esencia de la fe en el Cristo.

Publicado en la web de varios medios nacionales el 25/12/2021

Categorías: biblia, religion

El presidente y el biodiesel

diciembre 14, 2021 1 comentario

A diferencia del bioetanol, el biodiésel no estuvo en la agenda de los empresarios agroindustriales ni del gobierno. Hace años la CAINCO estudió su factibilidad, pero el resultado de ese análisis fue contundente: no tenía sentido reemplazar a un precio más alto un combustible que se recibía subvencionado, al tiempo que precios y mercados de las oleaginosas estaban a la alza.

Recién en la campaña presidencial del 2020 el candidato del MAS sacó del sombrero su proyecto estrella: la construcción de una planta de producción de diésel vegetal. Fuera una idea original suya o un logro de lobbies de proveedores internacionales con contactos en el entorno del entonces candidato, lo cierto es que la propuesta respondía a dos grandes desafíos: paliar el drenaje de divisas por la creciente importación de diésel (más de 1.200 M$ en 2019) y reavivar la inversión pública mediante un proyecto de bajo costo (250 M$) y alto impacto mediático.

El anuncio era un tanto vago: hablaba de biocombustibles de “segunda generación” (los que no utilizan cosechas de la cadena alimenticia) pero hacía mayor énfasis en la recolección de aceites usados en la industria y en los hogares, sin cuantificar volúmenes y costos ni reparar en que esas cosechas tardarán cinco o más años para llegar a su máxima producción. No hubo caso de disipar esas nieblas porque el candidato rehusó debatir su programa.

Con Arce presidente, el proyecto recibió gran impulso, motivado por el ulterior crecimiento de las importaciones de los dos tercios del diésel que consumimos (se estima que en la presente gestión se llegará a los 1.700 M$, la mitad de los cuales se esfumarán bajo forma de subsidio). Por otro lado, los cantados fracasos de muchas inversiones públicas, realizadas en el gobierno que tuvo a Luis Arce Catacora como ministro de finanzas, obligaban a reforzar la ideología del Estado Capitalista, que a veces actúa como capitalista salvaje (caso de Aasana/Naabol).

El 23 de septiembre el presidente tuiteaba lo siguiente: “con nuestra propuesta Bolivia será autosostenible en la producción de diésel y combustibles ecológicos. Generaremos más de 200 mil nuevos empleos, dinamizaremos la actividad económica e ingresaremos a la economía circular…  Nuestra visión es producir biodiésel localmente y a un menor costo respetando la madre tierra”.  Adicionalmente, en el reciente “Foro de biocombustibles”, Arce ha afirmado que la “transición energética boliviana” consistirá en el reemplazo de los fósiles por los biocombustibles.

Para alcanzar la santidad basta un solo milagro. Parecería que el presidente buscara ser muy santo gracias al biodiesel, logrando la “autosostenibilidad” mediante el reemplazo de un 20% del diésel que se importará el 2025; creando 200 mil empleos y produciendo biodiésel a un menor costo que el diésel fósil, además “respetando la madre tierra” y expandiendo la frontera agrícola, incendios mediante.

A su vez, la transición energética es un plan gradual para pasar de las fuentes de energías no renovables a las renovables y sostenibles que modifica profundamente el modelo económico. Desafortunadamente, los agrocombustibles no son renovables ni sostenibles; son tan solo un parche.

Lo más sorprendente y preocupante es que el presidente habla y actúa como si se hubiera demostrado la factibilidad técnica y económica de esa planta, cuando su estudio aún no ha sido adjudicado. Mientras no se conozca y debata públicamente el resultado de esa consultoría, el gobierno debería abstenerse de seguir promocionando un proyecto que parece destinado al fracaso.

En su lugar, el presidente haría bien en explorar alternativas para reducir (y no seguir incrementando) el consumo del diésel en Bolivia.

Publicado en Página Siete (y otros medios nacionales) el 11/12/2021