Cinco días de despedida

Muchos de ustedes saben la «tragedia», yo prefiero llamarla la «visita del Señor», que me ha tocado vivir en los últimos días, a raiz del tragico fallecimiento de mi amada esposa Sonia, con quien he compartido las penas y alegrias de los últimos 36 años.

Si bien, por el diagnóstico de muerte cerebral, para mi y para la ciencia ella falleció en el momento del accidente en la calle Hamburgo, esquina Pucara, en Santiago de Chile el sábado 23 de julio, tres horas antes de la boda civil de nuestra hija Mariberta, ella resistió con vida durante 5 días, conectada a un respirador artificial.

Fueron cinco dias de agonía lenta, de esperanzas inacabadas, de monólogos y de peregrinaciones continuas e impotentes a su cama y a su cuerpo sin reflejos.

Cinco dias aparentemente «inutiles» y sin embargo ricos de encuentros, de muestras de solidaridad y cariño de tantos amigos y conocidos de todo el mundo, de encuentros con gente desconocida que brindó su apoyo y su soldaridad en esos momentos, una prueba mas de que, en el fondo, todos los hombres estamos hecho de la misma masa espiritual, que es la condicion humana. Pero cinco dias tambien de «milagros»; pero no los que esperaríamos sino los que nos vienen como don inesperado, milagros que resucitan relaciones muertas y crean situaciones nuevas.

Cinco dias de espera, de su parte, de que se realizaran ciertos acontecimientos que debian realizarse antes de que Sonia se despidiera definitivamente de su cuerpo vegetal, yendose en paz y dejándonos, al mismo tiempo, con un dolor inmenso y una paz que nadie nos puede quitar.

Para los amigos de La Paz, después de las exequias fúnebres aca en Santiago y la incineración de su cuerpo, espero volver con los restos de Sonia el dia miércoles, velarla el jueves en casa y despedirla con una misa en la Capilla de Alto Irpavi, donde silenciosa, pero efectivamente, ejercía el ministerio de llevar la comunión a los enfermos y animaba, con su calidad humana y su actitud maternal, la creciente comunidad católica de ese barrio.

En el aviso necrológico de hoy se lee una oración, síntesis de nuestra actitud ante esta misteriosa visita del Senhor:

Señor, no me quejo porque me la quitaste, sino te agradezco porque me la diste

Un abrazo de paz

Francesco y familia

 

Acompañando a Francesco Zaratti

 Pagina Siete – 29/07/2011 

Francesco Zaratti, ese científico humanista de gran sabiduría, con la que enriquece sus intervenciones públicas, colaborador de nuestro periódico desde su columna “El Satélite de la Luna”, ha sufrido estos días un rudísimo golpe.

Preparado a vivir los muchos años de madurez que aún le faltan, en medio de su creciente familia, ha debido despedir repentinamente a su esposa Sonia Chevarría, lejos de este su país de querencia y devoción.

Francesco comparte con muchos en este periódico amistades entrañables, puntos de vista y una obstinada adhesión a la verdad y al bien público, razones por las que valoramos y agradecimos su compromiso de inicio –cuando sólo éramos un embrión de proyecto– para contribuir con su columna y radiante personalidad.

El respeto por su trabajo entre los lectores y editores de Página Siete es unánime y merecido. Es un hombre de valores que transmite con pasión.

Francesco es punto de referencia en la opinión científica, política y social, por sus conocimientos y a la vez por la confiabilidad que ha construido con sus acciones. Su propia labor en el país es un modelo de entrega al que deberíamos sujetarnos la mayoría de los que hemos nacido aquí, a quienes a veces nos falta el ímpetu y el afecto de quienes han elegido esta tierra, frente a opciones que les eran más naturales.

Página Siete está triste pues, acompañando a Francesco y a sus hijos en circunstancias de especial abatimiento como ésta. La profunda vida espiritual que caracteriza a Francesco nos hace confiar en que su desconsuelo puede ser remontado.

Página Siete quiere renovar públicamente el aprecio que tiene por la valía del amigo Zaratti. Aunque aún no está de regreso en La Paz, dedicado quizá a tristes tareas en que quisiéramos de veras ayudar, compartimos con ustedes nuestra más honda solidaridad con Francesco y su familia.

Dirección de Página Siete

El satélite de la Luna (por Gonzalo Mendieta)

Pagina Siete – 29/07/2011

He usurpado el nombre de esta columna a alguien cuya fe y virtudes quisiera para mí. Le pertenece a ese tipo alto, corpulento y buena gente, de cabeza aguda y sorna perpetua que es el singular Francesco Zaratti.

Empecé hace años a leer sus artículos, admirado por su alquimia de ciencia y buen humor, bienes escasos en estas altas pampas. Después lo conocí, con la buena fortuna que a veces traen las profesiones, no siempre benignas a la hora de obsequiarnos el trato con gente de esa talla.

El GTL en Bolivia: del sueño a la quimera

Energy Press, 25 de julio de 2011 (comentario)

En Bolivia y en el mundo se habla desde hace muchos años de la posibilidad de transformar el gas metano en combustibles líquidos (GTL), mediante un proceso químico conocido desde comienzo del siglo pasado. Lo intentó Adolf Hitler durante la segunda guerra mundial, cuando el avance ruso le privó del petróleo de Rumania, y sabemos cómo acabó esa contienda. En nuestro país, lo propuso hace tiempo con gran entusiasmo una humilde, pero pujante, empresa petrolera cruceña, y terminó explorando petróleo y gas para la exportación, ni siquiera para sus socios siderúrgicos.

Voto nulo

Pagina Siete, 23/07/2011

Se sabe que el invento del número cero, ocurrido presuntamente en la India en la Edad Media y divulgado por los árabes en el mundo occidental, representó un avance vigoroso de las matemáticas. Intenten sumar  666 + 333 en números romanos y coincidirán con la anterior afirmación. De hecho, los romanos no conocían el cero y en su lugar usaban el concepto de “nullus”, “non ullus”, ninguno.

Viajar y vivir

Pagina Siete, 9/07/2011

A veces pienso que el deseo de viajar es, al igual que otros apetitos,  un indicador de la edad de una persona: cuanto más se envejece, más se aprecia el hogar. Sin embargo, hay viajes y viajes. Viajes de placer como es, a decir de un amigo, el acompañar la suegra al aeropuerto; o viajes de escape de las propias alienaciones. Ya lo dijo Lao Tsé: “más lejos se va, menos se aprende”.