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Archive for agosto 2021

Una buena dosis de sofrosine

No, estimado lector, la sofrosine no es un remedio, tampoco una vacuna. En la mitología griega, Sofrosine fue uno de los espíritus que escaparon de la caja de Pandora cuando ésta la abrió. Entonces Sofrosine huyó hasta el Olimpo, abandonando para siempre a la humanidad en poder de Hybris.

En la literatura griega antigua la sofrosine es la virtud ideal de un individuo bien equilibrado, y que, por eso, manifiesta otras cualidades, como la templanza, la moderación, la prudencia y la autoestima. Todo lo contrario del descontrol, la arrogancia y la ira (hybris). Los romanos le decían “sobrietas”.

Se sabe que la interpretación metafórica de la mitología alumbra diferentes campos del conocimiento humano.

Un concepto equivalente a la sofrosine ha permitido desarrollar la física clásica desde Newton, mediante la descripción de los fenómenos mediante una sucesión de estados de equilibrio. De hecho, un sistema, sujeto a fuerzas moderadas, suele alcanzar un estado de equilibrio estable.   Un ejemplo puede ayudar a entender la anterior analogía. La famosa capa de ozono se forma a una altura entre 20 y 40 km de la atmósfera porque más arriba hay mucha radiación UV y poco oxígeno, elementos indispensables para formar el ozono, y más debajo de 20 km hay poca UV y mucho oxígeno.  Asimismo, en las clases de física mis alumnos se volvían especialmente participativos cuando preguntaba: “¿por qué los aviones comerciales suelen volar a una altura de unos diez kilómetros?”. La respuesta está otra vez en el equilibrio entre la eficiencia energética por volar a más altura (a menor densidad del aire, menor consumo de combustible) y la resistencia estructural de la nave, cuyo costo y peso se incrementan con la altura.  Consideraciones similares valen también para otras disciplinas científicas, como la ley biológica del equilibrio (dinámico) entre predadores y presas.

Lo sorprendente es que las anteriores observaciones pueden aplicarse hasta a la política. Por ejemplo, incluso el manoseo de la justicia debe hacerse con sofrosine, algo que el actual gobierno no acaba de entender. Una presión moderada sobre fiscales y jueces puede tal vez ayudar a acelerar el desenlace de unos casos ejemplares, pero un abuso descarado del sistema judicial se vuelve un bumerán para la credibilidad democrática del gobierno. Es exactamente lo que está sucediendo con el apresamiento abusivo de la expresidenta Jeanine Añez, donde la hybris parece sobreponerse a la sofrosine. Por cierto, el informe del GIEI es una muestra de sofrosine y la conducta de Luis Arce lo es de la hybris.

El insigne filólogo Bruno Snell (“El descubrimiento del espíritu”, 1946) sostiene que la hybris es el primer enemigo de la democracia, en tanto fuerza contraria al equilibrio al que deben aspirar el individuo y la sociedad en el desenvolvimiento de sus acciones. Snell tenía como referencia al nazismo; 75 años después nuestros referentes son otros, interna e internacionalmente.

En verdad, el actual momento político requiere una buena dosis de sofrosine y una purga de hybris, no solo en el gobierno, que es quien más las necesita, sino también en las oposiciones, aún en busca de la justa mesura entre lo relevante y lo accidental de su fiscalización. En efecto, una oposición desmesurada consigue cohesionar las diferentes corrientes del partido de gobierno, mientras una oposición razonable logra poner en evidencia las contradicciones de esa coalición corporativa.

En fin, ¡qué hermoso sería si, desde este mes de la Patria, el espíritu sometiera los instintos y frenara las pasiones, y nos tratáramos como personas, diferentes en muchos aspectos, y no como enemigos; en resumen, si la sofrosine dominara sobre la hybris.

Publicado en Página Siete (y otros medios nacionales) el 21/08/2021

Pobre Patria

Las notas y la letra de “Pobre Patria” (1991), una de las más famosas canciones de Franco Battiato -compositor, poeta, cantante, pintor y cineasta fallecido hace tres meses en su natal Sicilia- resuenan en mi corazón en esta semana en que Bolivia está de aniversario porque siento que describen adecuadamente los sentimientos contrastantes, de decepción y esperanza, de muchos compatriotas preocupados por el presente y el futuro de nuestra Patria. Transcribo algunos versos de esa canción:

Pobre patria

agobiada por los abusos del poder;

por personas infames que no saben lo que es el pudor.

Creen que son poderosos y les conviene lo que hacen y todo les pertenece.

Entre los gobernantes, cuántos perfectos e inútiles bufones en este país devastado por el dolor

¿Mas no les disgustan un poco esos cuerpos inertes sin calor?

No va a cambiar, no va a cambiar. No va a cambiar, tal vez va a cambiar.

Puedes esperar que el mundo vuelva a actitudes más normales

Que pueda contemplar el cielo y las flores.

Que no se hable más de dictaduras. Si todavía tendremos un poco más de vida.

La primavera mientras tanto tarda en llegar.

No va a cambiar, no va a cambiar. Sí que va a cambiar, verás que va a cambiar,

Percibo que Bolivia, desde hace un tiempo a esta parte, ha entrado en un sombrío callejón sin salida, oscurecido por la sed de poder, por proyectos individualistas y excluyentes, por rencores y deseos implacables de revanchismos que siguen acumulándose, acrecentados por instigadores de todos los colores.

Sombrío es el callejón de la justicia que, en teoría, debería dirimir civilizadamente las controversias, pero que sigue moviéndose como veleta al viento del poder de turno, midiendo con doble rasero, a las órdenes de quienes no han recibido investidura alguna para gobernar.

Si queremos que todo eso cambie, como la canción augura con un hilo de esperanza, si todavía hay estadistas en el país y no solo demagogos, si aún nos interesa el prestigio y la dignidad de Bolivia ante el mundo, es este el momento de revertir el camino que nos está llevando al despeñadero, dejar ese insano juego de la “pelea entre buenos y malos” que es la aplicación de la ley del más fuerte; mientras uno sea el más fuerte, para luego intercambiar los roles en una espiral destructiva sin fin.

Es hoy la hora de educar a ser libres para servir a los demás, de seducir al oponente en busca de consensos para que “la primavera no tarde más en llegar”. Es hoy la hora de renovar líderes y actitudes; de partir de la realidad y no de las ideologías; de mirar menos al pasado y más al presente y al futuro, si queremos que haya uno para Bolivia. Es hoy la hora de gobernar para todos los ciudadanos y no solo para los intereses de corporaciones corrompidas.

Lo anterior es un imperativo patriótico y heroico en momentos en que el país se encamina a una crisis sin precedentes. Porque Bolivia tiene cura; el remedio al actual insano estado de cosas existe y no tiene nada de mágico ni de recóndito. Bastaría que cada uno aplique lo que nos sugiere otra canción de Battiato, la más hermosa (El cuidado, 1996), dedicada originalmente a su madre:

Te protegeré de los miedos, de la hipocondría,

De las turbaciones que encontrarás en tu camino

De las injusticias y de los engaños de tu tiempo.

De los fracasos que por tu naturaleza normalmente atraerás

Te aliviaré de los dolores, de tus cambios de humor,

De las obsesiones, de las manías

De todas las enfermedades curarás,

Porque eres alguien especial y yo cuidaré de ti.

Pues, si no la cuidamos nosotros, cada hija e hijo de esta venerable república próxima a cumplir dos tumultuosos siglos de vida, con amor y ternura, con compasión y tolerancia, ¿quién la cuidará?

Página Siete, 7/08/2021